Gracias al correo electrónico que conserva un registro de todo el proceso de presentación de maquetas (práctica muy recomendable, sobre todo en casos de conflicto entre editoriales e imprentas) es que pude reconstruir la secuencia de trabajo de una buena cantidad de portadas. En su momento hablé con Arturo Infante para preguntarle si no tenía inconveniente de mostrar no solo la portada publicada, lo que es usual en cualquier carpeta, sino todas las versiones anteriores, y no tuvo.
Moneda dura. Gabriela Mistral por ella misma. Catalonia, 2006
La editorial Catalonia la dirige Arturo Infante, que es su fundador, gerente y editor. En inglés existe el término publisher para el empresario, director o gerente de una empresa editora, que publica y distribuye libros o revistas, y editor (pronúnciese in english, please) se reserva para las labores de lectura, revisión y corrección de estilo de un texto, a lo que se ha dado en llamar editing, trabajo que implica un estrecho contacto con el autor. El 2003, año uno de Catalonia, Arturo hacía las dos cosas y otras mas, pero el 2006 ya tenía un equipo funcionando, Jorgelina Martín incluida, que se encargaba del editing y del humor negro.
En Catalonia, además de las portadas, yo revisaba cada texto para armar una maqueta de páginas que resolviera todos los estilos tipográficos (hablo de estilo como menú del programa de maquetación, no como categoría estética), lo que me permitía una buena aproximación al tema del libro para el momento de diseñar la portada. En este libro sobre Gabriela Mistral ya estaba entregada a diagramación una maqueta del texto, y conversadas un par de ideas con Arturo y Jorgelina sobre la portada. El título Moneda dura era una referencia al billete en que aparece la figura de Gabriela, y el libro se componía de una serie fragmentos de textos de Gabriela en los que hablaba de sí misma.

A una semana de la primera presentación no está mal tener nueve alternativas para definir una línea definitiva a seguir. O está muy mal, porque significa que todavía no hay línea. En esta ocasión surgió un problema causado por confiar excesivamente en la comunicación por correo electrónico y la falta del necesario diálogo cara a cara, diálogo personal que sí se llevaba a cabo entre la autora y Arturo Infante. A los pocos días me llegó a vuelta de correo una propuesta diferente, de parte de la autora.
Antes de entregar a imprenta se decidió un cambio de última hora en la foto de Gabriela, que había sido distorsionada para hacerla más horizontal y que, además tenía baja resolución (para imprenta la resolución requerida es de 300 dpi, y esta tenía 72 dpi). Por último, va la portada final y la tapa tal cual se entregó a imprenta con todos sus elementos aplicados. Como la tapa de un libro no es solo la portada, va de muestra la tapa con su lomo y solapas desplegadas.

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